13.2.11

Rafael Loret de Mola en Baja California

Chacaleo durante su ponencia en la reunión mensual de la Coparmex Tijuana, realizada el miércoles 19 de enero de 2011 por la mañana, en el Grand Hotel.

Rafael Loret de Mola / Periodista y escritor:

"El país se encuentra en crisis absoluta, yo no creo que sea serio que un Presidente de la República jugando al Twitter todavía nos esté informando que cae el 'JJ', fulano de tal, que si la Barbie, como si fuera una cuestión de festinar las aprensiones que el gobierno tiene la obligación de realizar de una vez por todas, los métodos no han sido los más correctos. Hay muchos estados de la República que francamente están supeditados al poder del narcotráfico que es el poder fáctico más importante que hay en el país. Desde este momento cuando menos un tercio de los gobernadores en ejercicio tiene contacto con el narcotráfico y están supeditados al narcotráfico, decirlo más claramente no se puede. Yo creo firmemente que va a ganar la antehistoria, que los mexicanos vamos a regresar al entorno de lo que fue la dictadura casi perfecta, porque la alternativa o el remedio nos resultó peor que la enfermedad..."

18.11.08

·El gustoso (o no) arte de escuchar·

No se que es más fácil, hablar o escuchar. Lo cierto es que las dos van de la mano. En ocasiones se me dice: ‘eres muy clavada’ o ‘deja de ser tan intensa’, puede que su verdad no sea la mía y viceversa, pero si coincidimos en que me siento una extraña o extraterrestre cuando de compartir se trata, como cualquiera se puede sentir (desde Alejandro Jodorowsky cuando escribió la obra “El Loro de 7 Lenguas” hasta aquel que sale con una bolsa de plástico para recoger la basura que otros han dejado botada por la calle).

Todos necesitamos compartir con alguien los sentimientos que nos asaltan, lo que nos inquieta, nos hace vibrar, lo que “no podemos dejar pasar”, lo que nos molesta, ya que como dice la frase bien recordada de un programa radiofónico:“El silencio nos está matando”. Sea cual sea el tópico, hay una necesidad increíble de soltar al viento lo que ya no se puede contener. Así se trate de la verdad, la mentira o porque con el mismo silencio ‘se está pidiendo auxilio’

En general, hay muy poco tiempo para escuchar, así que me expresaré en este papel virtual, que no se molesta, más allá de hacerlo es su razón de ser, oír lo que la gente tiene que decir , quedarse el tiempo que sea necesario hasta que los dedos se cansen de expresar, sembrar, de difundir o fundir ideas.

Y es que justamente escuchar es el principio de todo, es una acción noble, te deja mucho si lo aprovechas y en otros casos, evitas grandes males. No estoy hablando de la acción simple de sentarse a oír lo que la gente tiene que decir. Como todos sabemos la palabra “escuchar˝ implica: entender, aprehender, actuar, conocer, contener, dar, atender, callar, contemplar y una infinidad de acciones más, incluyendo el estar preparado para el desacuerdo o la celebración.

Cuando la gente pregunta ¿Cómo estás? la contestación debiera ser : ¿en realidad estás preparado para lo que tengo que decir?, no el simple protocolo “bien y tu?”en primera porque “bien” es algo demasiado ambiguo y segundo, casi nunca es solo “bien”.

Por otro lado aunque se esté conciente de a quien contar y a quien no, a la gente que consideras lo hará, resulta que tampoco esta lista (porque no tiene tiempo, porque no le interesa, por que tu voz le aturde, porque cree ‘no es importante’ ) y entonces tienes que seguirla por los pasillos, en las escaleras, a la cocina, a la sala, a la oficina, a media calle. ¿Es realmente una gran necesidad que alguien nos escuche? ¿Para que nos de consejos u opciones, o solo para desahogar nuestro fuero interno? ¿Es necesario pagar grandes cantidades de dinero solo para que se valore nuestra conversación?

A veces pienso que en nuestra realidad actual ‘escucha de calidad, no en cantidad’ es algo que poco a poco se desvanece, ya que la importancia que se le da actualmente, es sobresaliente: en la gran mayoría de las familias la tecnología, (hablese de video-games, internet, TV) ha reducido las conversaciones significativamente; en las empresas un estudio arrojó que solo en el 5% se escuchan temas trascendentes, ya que el resto son sólo chismes de pasillo. ¿ahora pregunto, no es preocupante?

La escucha en sus formas vigentes: si es por algún interés determinado, en el caso de algunas iglesias: para se pueda dar un castigo de rezos, entonces con ello y tus limosnas “estas del otro lado”; con los psicólogos, psiquiatras o terapeutas, que de hacerlo o no por gusto o vocación, se están ganando ‘el pan’; o simplemente porque aunque se haga por convicción, es parte de un trabajo que reditua monetariamente.

Y sí, escuchar está restringido a sectores, en la amistad ya es especie en peligro de extinción, hay muy poco ‘que escuchar’ por que casi nadie quiere ‘conversar lo privado’, o será que ¿tal vez las sociedades terminan por expresar la vanalidad y superficialidad en la que se vive? esto es muy probable, ya que el “dime que lees (aquí se podría aplicar: escuchas, ves, te juntas etc. ) y te diré quien eres” no está tan lejano. El porcentaje de influencia que los medios de comunicación ejercen en una persona es del 44%, (creo que hasta se me hace poco), es entonces que terminamos siendo un híbrido de los bombardeos mediáticos por lo que determinadas conversaciones no pasan de “como vestirse fashion, porque lo fachon no está nada in”. Así que escuchar en este caso, ya no requiere de tanto esmero.

Pero ¿para que leo, escucho, experimento, veo, vivo?, El final de todo es expresar, compartir, conversar. Como aquellos cantantes que utilizan su arte como un desahogo emocional y es que sino lo haces puedes acabar loco, como yo, quien se ha topado en repetidas ocasiones con un: “no hay tiempo” y cuando lo hay “no es el momento” y cuando lo es “no me interesa”. ¿Cómo digo que en realidad me hace daño no ser escuchada?

Soy una persona que como muchas, no me gusta quedarme con poco, busco, investigo, desmenuzo, analizo, comparto, observo, llego hasta la motivación, pregunto.
‘El porque de las cosas’, se ha vuelto parte de mí, y ese “porque” no tiene ninguna razón de ser, sino es compartido. Pero también es gustoso, querer participar de receptor en la aventura emprendida por el emisor.

¿Que llena más, escuchar o ser escuchado? ¿existe escucha de calidad? ¿se debe apelar por conversaciones de calidad, para lograr esta escucha tan deseada? o simplemente ¿no se necesita?